jueves, 10 de noviembre de 2016

La poesía de Rodolfo Francisco Sánchez Bagur




Desvelado

I
Por cada noche cae su piedra en aguas
ríos y mares murmuran verdugos
y surcan los caminos quejas a su virginidad.
Abro ojos a vertientes a veces sin rocío.
Vivimos más de una vez el día
y la muerte de verdad en noches traicionadas.
El ordenador no cuenta piedras
ni orden tiene para aguas vertientes
una roca entre arados de aguas
en el surco de la muerte en cada queja
y no soy escultor
a veces sin humedades también me impulsa su llanto.

II

Cuando hayas muerto
no me tejerán trampas en el umbral
ni en caminos olores de hierbas al ser pisadas.
Recordaremos el precio de esta vida
donde estrellas y fuegos en vidrieras conforman el brillo.
He tenido encuentros con piedras
no me fijan el recuerdo otro encuentro.
Es lo mismo agua salpicada y sangre
y nubes tal heridas exprimiéndose en casas.


El profeta

Hirió mi sábana la aleta del pez
cabeceaba con el anzuelo clavado allí.
Por qué no habrá mordido.
Rompe mi red, va sin hojas dentro de su boca
mas no muerde
transcribe la certidumbre del apocalipsis.
Busco mis almohadas no las he desenfundado
palpo la aspereza de sus olas
y orillas que ha dejado sin zurcidos.
En el techo hizo agujeros
son las doce
a favor del tiempo es fácil llegar
porque de caminantes llenan salidas.
Deshace estelas de naves
hay que batir el polvo.
Al tercer día pez y aleta herida
¿sus páginas con clavos en el mar?
Más ligeras que su voz tal velámenes en el regreso.


Hombre y mujer con espejo

Soy la imagen
el tiempo es mi sueño en cadencia
por el camino del retorno.
Soy imagen de la noche
sin necesidad de estrella
ni de meteorito sin cordura.
No es la luz medidora del espejo
no es la luz
no es luz el tiempo.
Soy quien descompone la imagen
sueño de la noche
con polvo en el cristal del hombre
con su plata tiño el fuego de mis ojos
el que abraza a una mujer
mas soy la imagen donde el espejo se prolonga
donde en mi boca se licua
conforme un torrente exige mi retorno
pero mis pies no son la imagen
ni el camino realidad en asecho.
Ella me besa e impregna su huella en la hoguera
donde el espejo es prolongación
en lo oscuro de nuestros cuerpos y el Kamasutra.
Ella es real virtud en concatenación a leyes
me abraza frente a su espejo
eligiendo el metal de la noche
tatuado en sus pezones
y fluyen mis aromas
como imágenes del pez devuelto al mar
y vuelvo a ser cristal con fuego.

Correrías

I
Camina la noche tras luces
luz tras noches
yo en busca de manos
y al agua llegan tormentas
mas el lago descansa con sus cargas
mientras no absorba días de sed.
Verá en espejos cada persecución.
Si hacen iras
desborda lenguas con tintas

II
En el lago el pescador espina la ayúa
puede mostrar dones de jardineros
dejar estelas de cuchillos
y sus despigmentaciones.
el lago es anzuelo sin carnada.
Lanza redes el pescador y dibuja su casa
tales sueños de sus hijos y el cubo está vacío.

III
Se tensa el cordel
está asida la puerta al aire.
Hiere el pez en el lago
penetra el cordel al pescador.
Tiene su párpado cerrado el anzuelo
no distingue a quien socorrer
mas el cuchillo implora tinte para dientes
ahogando en su herida.
Me asfixio detrás de tantos corriendo
sin la comprensión de cuando soy ellos.

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