jueves, 6 de octubre de 2016

Lectura recomendada: "Marte Rojo"




La visita a otros mundos no es nada nuevo para los lectores de novelas de ciencia ficción, e incluso en obras del género tan tempranas como la “Historia cómica de los Estados e Imperios de la Luna”, escrita por Cyrano de Bergerac en 1657 como la primera parte de “El otro mundo”, ya se describe un encuentro con una supuesta civilización selenita después de una visita a nuestro único satélite.

El caso de la Luna no es nada extraño si se piensa, pues a diferencia de otros cuerpos celestes más lejanos, es harto visible desde la Tierra sin tener que hacer el más mínimo esfuerzo. Por eso ha sido desde antaño una fuente de inspiración no sólo para los poetas, y es probable que la historia más conocida sobre una visita a sus valles y a sus cráteres sea la que nos cuenta el escritor francés Julio Verne en su novela de aventuras, publicada en 1865, “De la Tierra a la Luna”, con la notable particularidad de que lo hizo intentando no sólo entretener a los lectores, sino también, describir por primera vez, con la seriedad de un científico, los muchos problemas a resolver para llevar a cabo una empresa de esa índole. Y es necesario reconocer que dicho intento resultó tan logrado que hasta el sitio desde donde Verne decidió lanzar su bala de cañón es desde donde en nuestros días se lanzan realmente los vehículos espaciales de los EE.UU.

Pero la Luna no es, ni mucho menos, el único cuerpo celeste que ha llamado la atención de los escritores, a pesar de haber tenido una función fundamental a la hora de hacer que los seres humanos miren hacia las estrellas, como lo resalta en uno de sus libros el escritor y divulgador científico norteamericano, Issac Asimov, cuando dice que la Luna es la responsable principal de que los humanos nos hayamos interesado más rápidamente por los asuntos del cosmos. La invención del telescopio posibilitó la visión de otros muchos cuerpos celestes, exaltando pronto la mente humana con esa vista de mundos de fantasía, e incitándola a imaginar otras sociedades diferentes, y hasta otros planetas ficticios, aun si a muchos de ellos ya se los conocía desde la antigüedad más remota.

Y a uno de esos otros mundos, que siempre llamaron la atención de las personas por su color rojo visible a simple vista, es a donde nos lleva Kim Stanley Robinson con su libro “Marte Rojo”, que como su nombre lo indica, nos da un paseo por Marte bastante detallado, y nos muestra con increíble maestría cómo podría ser colonizado por el hombre.

 

“Marte Rojo” forma parte, en unión a “Marte Verde” y “Marte Azul”, de la Trilogía marciana. Escrito en 1992 es un claro exponente de la llamada ciencia ficción dura, y por esto se acerca más a la obra de Verne que a la de Bergerac, pues aun cuando mucho de lo que se describe en sus páginas continúa siendo ciencia ficción, y lo será todavía durante un tiempo, no por ello resulta imposible pensar que se pueda realizar en un momento del cercano futuro. El autor no se detiene sólo en esto, sin embargo, y además de mostrarnos los problemas de una colonización de Marte desde un punto de vista técnico, nos muestra también de un modo particular los posibles problemas derivados de las costumbres y creencias de los seres humanos encargados de llevar a cabo la titánica tarea, y los conflictos que podrían producirse debido a unas y otras, describiendo incluso el surgimiento de nuevas religiones y organizaciones sociales.

El libro está escrito de manera que cada capítulo sigue el desenvolvimiento de uno de los personajes, uno escogido de entre los primeros cien destinados a ser la vanguardia de la humanidad, destinados a preparar el planeta Marte para la vida humana. Y por eso la trama de cada capítulo se entrelaza con la de los otros y la complementa, con la peculiaridad de que los hechos están narrados desde un diferente punto de vista.

Por estos y por otros motivos es que recomendamos su lectura, y la consideramos interesante, sin darle demasiada importancia a que “Marte Rojo” no sea el primer, ni probablemente el último, libro que aborda el tema de Marte. Los lectores amantes de la ciencia ficción deben recordar también la Serie marciana de Edgar Rice Burroughs, autor además de la conocida novela “Tarzán”, donde John Carter llega a ese planeta, llamado Barsoom por sus supuestos habitantes, y se ve envuelto en emocionantes aventuras en compañía de otros guerreros y princesas; o las famosísimas “Crónicas marcianas” de Ray Bradbury, en las que se describe también la llegada a Marte y la colonización de ese planeta por parte de los humanos. Y confiamos en no estar errados en recomendar esta lectura, no sólo por lo dicho y por el premio Nébula y del British Science Fiction Award ganado por el autor con la novela, sino debido a que el propio Arthur C. Clarke, un maestro reconocido de la ciencia ficción, la calificó como la más lograda novela sobre la colonización de Marte nunca escrita.

Puede hacer y enviar la reseña de sus libros favoritos a katharsismagazine@gmail.com para recomendar esa lectura.


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