Las
vírgenes suicidas
por Cristian de la Cruz
Las
vírgenes suicidas es la primera de las novelas del escritor norteamericano
Jeffrey Eugenides, una novela por demás estremecedora publicada en 1991, que
obtuvo una excelente acogida por parte del público lector y mereció elogios por
parte de la crítica. De ella, John Banville, uno de los grandes talentos de la
lengua inglesa, escribió lo siguiente:
“Una
de las mejores novelas, insisto, de las mejores, que he leído en años, y si
nuestra época se tomara aún la literatura en serio, debería ser saludada como El guardián entre el centeno de los
confusos años noventa”
La
trama nos conduce por el mundo de la adolescencia de cinco hermanas, un mundo
que no resulta del todo claro para los muchachos que las conocieron hace veinte
años y todavía no se pueden explicar lo sucedido con la vida de las muchachas.
El narrador, voz común de esos muchachos, nos va mostrando los testimonios,
personajes, y hechos que hace tanto presenciaron y que sellaron el nefasto
destino de la familia Lisbon, un destino tan inenarrable que, aún después de tanto
tiempo, ellos, protagonistas se diría que inconscientes de la terrorífica
historia, todavía se preguntan qué papel desempeñaron en ella, y si se hubieran
podido evitar las muertes de las chicas, en un intento de armar en sus mentes el
rompecabezas que los perturba desde entonces.
Después
de ganar el premio Aga Kham de ficción en 1991, Las vírgenes suicidas fue
llevada a la gran pantalla en 1999, y la película, que cuenta en su reparto con
James Woods, Kathleen Turner, Kirsten Dunst,
Chelse Swain, Leslie Hayman, A.
J. Cook y Hanna R. Hall, para representar a la familia Lisbon, y el guión y la
dirección de Sofía Coppola en su debut como directora, no hizo más que
incrementar los seguidores de la interesante novela, aun si tenemos en cuenta que se hicieron
cambios radicales en la ordenación de los hechos narrados así como en otros
detalles, cosa, por otro lado, bastante común en esos casos debido a las diferencias
entre las necesidades de la realización del cine y de la prosa.
De
esa manera, la película está ambientada a mediados de los años 70, y comienza
cuando la más pequeña de las hermanas Lisbon, Cecilia, intenta suicidarse sin
éxito. La familia Lisbon está compuesta por los padres y las cinco hermanas,
que con su belleza mantienen exaltados a los muchachos de la zona residencial
de Grosse Point, poblado de Míchigan en donde viven, y por una serie de motivos
se mantiene aislada del resto de la comunidad, lo que presumiblemente ha
provocado la desesperación de la niña de trece años que la ha llevado a cometer
ese acto de locura.
El
psicólogo de la niña, interpretado por Dani DeVito, recomienda a los padres que
permitan a sus hijas relacionarse más con los muchachos y estos deciden hacer
una fiesta en la casa, esperando que con eso se restablezca el estado de ánimo
de las muchachas. No se imaginan que la pequeña Cecilia intentará una vez más
suicidarse, esta vez con éxito, pues después de despedirse de los presentes se
lanza por una ventana y muere producto de un golpe en la cabeza contra una
barra de hierro.
El
sacrificio de la adolescente impulsa a los padres a aislarse aún más de los
habitantes del pueblo, con lo que la situación de las hermanas empeora, mas
esto no impide que Lux Lisbon se las arregle para hacerse novia de Trip
Fontaine, el chico más solicitado de la escuela, aprovechando que un nuevo
curso comienza, y eso a pesar de ser la más pequeña de las hermanas luego de la
desaparición de Cecilia, pues sólo tiene catorce años.
El
tiempo pasa y los Lisbon se recuperan poco a poco de su pérdida, hasta que
llega la fiesta de graduación de las hijas. El novio de Lux intercede para
llevar a las hermanas y los padres están dispuestos a permitir que asistan en
compañía de otros muchachos. Es así como Therese, Mary, Bonnie, y Lux van a la
fiesta con la condición de comportarse y volver dentro de los términos
pactados, cosa que no hacen cuando Lux Lisbon tiene sexo con su chico en un
campo de deportes y después es abandonada.
Esta
desobediencia provoca un nuevo retroceso y las hermanas Lisbon vuelven a su
encierro, esta vez tan impenetrable que deben utilizar luces para comunicarse
con sus admiradores e intercambiar canciones por teléfono. Pero los padres no
logran, sin embargo, impedir que Lux continúe teniendo sexo en el techo de la
casa, en esta ocasión con chicos desconocidos, sin que le importe que los
admiradores de siempre miren lo que sucede desde el otro lado de la calle.
Y
eso continúa por meses hasta que una noche los muchachos son citados,
supuestamente para cumplir el deseo de escapar de las hermanas, y se presentan
en la casa dispuestos. Lux los recibe fumando un cigarrillo y los hace entrar
para después ir a esperar a sus hermanas en el auto, mas lo que se encuentran
los muchachos los marcará para toda la vida, pues tropiezan con un cuerpo que
cuelga en el sótano y entran en pánico. El miedo los hace correr y en el
proceso tropiezan con otros cuerpos; Therese ha tomado píldoras, Bonnie es la
que cuelga en el sótano, Mary metió su cabeza en el horno con el gas prendido,
y para colmo Lux Lisbon, la única viva cuando llegaron, ha muerto intoxicada
por el monóxido de carbono producido por el motor del coche encendido en el
garaje.
La
noticia de los suicidios se extiende y los padres Lisbon, devastados por la
muerte de todas sus hermosas hijas, venden la casa y se van del pueblo. En
tanto los vecinos, sin saber cómo comportarse en un caso como ese, simulan que
nada ha pasado y pronto vuelven a su vida cotidiana. Pero para los muchachos la
vida nunca será lo mismo, ellos no podrán olvidar los horribles hechos que han
presenciado, y los rememorarán una y otra vez por el resto de sus vidas.
En
resumen, la versión fílmica de Las vírgenes suicidas es una película excelente,
que en unión a la conocida American beauty, o a Magnolia, películas producidas
en el mismo año 1999, nos muestra una faceta más oscura de la familia
convencional norteamericana.
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